Una mujer y una niña llegan por tren a un pueblo que parece desierto, casi vacío; en el pueblo todos dormían la siesta, por ello nadie se encontraba en las calles.
La mujer y la niña llevaban una bolsa con comida y unas flores; la niña se notaba triste y la mujer muy seria, llegaron a la casa cural buscando al sacerdote para que les dieran las llaves del cementerio.
Querían llegar hasta la tumba de Carlos Centeno Ayala, el hijo de la mujer.
Tiene 0 producto en el Carrito de la compra